La importancia de adaptar tu rutina beauty al reloj biológico

¿Sabías que al igual que tu cuerpo funciona bajo un ritmo biológico, tu piel también? Conforme se va acabando el día, nuestro “reloj interno” dicta a las células que hay un cambio; al llegar el sueño, los niveles de cortisol -la hormona del estrés- van disminuyendo, lo que ayuda a la piel a reparar los daños del día. En la noche, el cuerpo produce más colágeno, lo que minimiza las líneas de expresión. También, es en este momento del día cuando se libera más hormona de crecimiento, lo que aumenta la masa muscular y fortalece la piel. En cambio, de día, nuestra piel está expuesta a muchos agresores, por lo que entra en un estado de “protección”.

Bajo esta perspectiva, es que podemos enfatizar en la importancia de tener una rutina sólida de la piel para que, trabajando de la mano de la labor que ya hacen nuestras células y el reloj biológico, podamos contribuir a mejorar su apariencia y a cuidarla.  


Si queremos prevenir el envejecimiento o la deshidratación de la piel, lo más importante, es utilizar esos productos que realmente contribuyan a cuidarla. A continuación te compartimos una nueva forma de abordar tu rutina de piel de forma que, en conjunto con el trabajo de tus células, saques a relucir su mejor versión y utilices los ingredientes adecuados para cada momento del día:

Antes que nada, hay que empezar por el hábito más básico, pero de los más importantes: la limpieza. La limpieza de la piel de la cara es un hábito que antes o temprano, debes adquirir. Si te interesa tener una piel joven, la limpieza, sobre todas las cosas, es básica en tu rutina de belleza y debería ser lo primero al despertarnos y lo último al terminar el día.


Por la mañana:

Desde que salimos de casa por las mañanas, nuestra piel empieza a luchar contra todo tipo de agresiones: ambientales, la contaminación, los cambios de temperatura, la exposición a los rayos solares o rayos UV y la radiación infrarroja… Por ello, preparar tu piel antes de empezar el día es clave para brindarle las herramientas que necesita para combatir a estas agresiones.

En este sentido, hay que sumarse a la labor que ya está haciendo tu piel con productos que potencien los resultados que ya están llevando a cabo las células. Por ejemplo, protegerla de las agresiones: en este sentido, deberías incorporar en tu rutina sueros que tengan ácidos grasos, antioxidantes y productos que contengan vitamina C. Esta es de las más eficaces para devolver la luminosidad a la piel, combatir las arrugas y reducir las manchas, y combatir los radicales libres.

Productos como antioxidantes, que comprometen la barrera al promover la eliminación de las capas superficiales de la piel y sus células muertas, es mejor guardarlos para la noche para no “trabajar” en contra de tu piel.


Otros productos que deberías evitar por las mañanas, son los ácidos, pues tu piel está en modo protección, por lo que instantáneamente la estás haciéndola más vulnerable a los efectos de los rayos UV. En este sentido, busca empezar el día con un buen limpiador suave, que hidrate tu piel, pero que favorezca la eliminación de las bacterias que se acumularon durante la noche. Y recuerda, siempre salir de casa con una capa de protección solar.

Por la noche:

No es noticia que después de una buena noche de descanso, nuestra piel luce mejor que nunca. Esto ocurre porque cuando duermes bien, mejora la circulación y la piel se oxigena. De esta forma, consigues minimizar los signos del cansancio. Al descansar se activan distintos mecanismos que protegen tu piel; la regeneración celular, está en su apogeo durante la noche. Además, en este momento del día, la piel dirige su atención a la síntesis de proteínas como el colágeno y la elastina, por lo que el retinol, es un indispensable: este, estimula la producción de colágeno y ácido hialurónico, combate las arrugas, reduce el tamaño de los poros y aclara las manchas. Por ello, hay que usarlo en la noche, para ir conforme al trabajo natural de las células y cuando la piel es mucho más receptiva al estar en modo reparación.


Otro producto que deberías dejar para la noche, son las cremas ultra hidratantes. Por la noche, nuestra piel deja de producir lípidos, lo que desencadena que nuestra piel se llegue a secar y dejar una sensación de tirantez. Con una buena crema hidratante, permites a tu piel retener la humedad mientras duermes, y promueves que se contrarreste cualquier sequedad provocada por el uso de retinol.

*Tip: Para aprovechar al máximo el ciclo de tu piel y sacar todo el provecho a tus básicos de belleza, inicia tu rutina nocturna de cuidados de la piel un poco antes de acostarte, para que tus productos empiecen a trabajar desde antes y exprimir todos sus beneficios.